La colección de arte de los propietarios ha marcado la línea del proyecto de interiorismo y también del proyecto de iluminación.
Ambos se han centrado en crear espacios fluidos y bien iluminados donde los verdaderos protagonistas sean los cuadros.
Los tonos neutros, con la luminosidad del marfil y la estabilidad del gris que aporta un plus de elegancia, crean escenarios serenos y equilibrados que encuentran un punto de alegría y dinamismo en las notas de color que aportan los cuadros repartidos por toda la casa.
Un viaje en el tiempo para apropiarse de la casa de los abuelos y regalarla una segunda juventud.
VIVIENDA EN VALLADOLID
Arquitectura: Llanos y Urdiaín Arquitectos
Fotografía: Jana Alonso Casado