En esta vivienda, situada en un edificio de finales del siglo XIX, pasado y presente conviven sin disonancias, tanto en la estructura como en la decoración.
La acertada mezcla de lo nuevo y lo antiguo, de lo clásico y lo contemporáneo, mantiene el espíritu de la vivienda a la vez que refleja a la perfección la personalidad de sus propietarios.
La iluminación, con un protagonismo silencioso, se ajusta como un guante a la arquitectura creando escenarios serenos y equilibrados.
VIVIENDA EN VALLADOLID
Arquitectura: Llanos y Urdiaín Arquitectos
Fotografía: Jana Alonso Casado