Conscientes de que la entrada a una vivienda es su carta de presentación y, que la de esta casa no era más que un trozo de pasillo con armarios empotrados, era vital encontrar algún recurso que se convirtiera en el centro de atención. Este fue el punto de partida del proyecto de iluminación.

El recurso fue la doble iluminación, directa e indirecta, del cuadro de la entrada. 

Avanzando por el pasillo con la luz de compañía de los bañadores de suelo, vamos descubriendo una vivienda con planteamiento minimal, de colores tenues y espacios fluidos, donde las diferentes capas de iluminación van definiendo los ambientes adaptándose a los distintos usos.

VIVIENDA EN VALLADOLID

Arquitectura: Llanos y Urdiaín Arquitectos

Fotografía: Jana Alonso Casado

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