En la floristería La Jara, además de amar las flores, sienten la necesidad constante de formarse, de actualizarse, de ver y de aprender y eso, se nota en la exposición y en todos sus trabajos, sin embargo, con la iluminación de la tienda tenían una asignatura pendiente.

En una floristería, tener una buena iluminación es fundamental para potenciar la frescura, las diferentes texturas y la multitud de colores de las flores. Aquí ya no estamos hablando solo de cantidad de luz, sino de algo más, de calidad de luz.

Con la nueva iluminación, la luz general y uniforme ha desaparecido, ahora hay ritmo y dinamismo, hay contrastes de intensidad y haces de luz diferentes para que el ojo, como un insecto, vaya parándose de flor en flor y no pase de largo. 

Los resultados no se han hecho esperar, si hasta la floristería parece más grande, ¿será posible?

FLORISTERÍA LA JARA (Valladolid)

Fotografía: Jana Alonso Casado

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