🧘‍♀️ Imagina entrar a un estudio de yoga…

Si la luz es fría y plana, el ambiente se siente impersonal, distante y poco acogedor.

Pero cuando la iluminación es suave, cálida y envolvente, el espacio se transforma en un refugio de calma y conexión.

Para lograrlo, la iluminación debe ser:

💡 De baja intensidad para relajar los biorritmos antes de la práctica.

💡 Cálida y difusa para generar armonía y serenidad.

💡 Indirecta para potenciar la conexión con el espacio y evitar deslumbramientos.

💡 Regulable para fluir entre la energía y la relajación profunda.

La iluminación no es solo algo funcional o un tema de estética, es una poderosa herramienta para generar bienestar.

Estudio de yoga Respira Profundo (Valladolid)

Fotografía: Jana Alonso Casado

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