• La realidad es que no existe tal y como lo entienden los usuarios.

    Los sistemas tradicionales de iluminación (incandescencia, fluorescencia y halógeno) tenían una relación directa y fija entre los watios que consumían y la luz que emitían. Una bombilla incandescente de 60W daba prácticamente la misma luz independientemente del fabricante, había mejores y peores, pero la diferencia estaba en la duración, no en la luz que daban.

    En los led, los watios que consumen están en relación directa pero no fija con la luz que emiten. Dependiendo de la calidad del led (bombilla o placa), con los mismos watios (consumo) pueden dar más o menos luz (lúmenes) y llega a haber grandes diferencias entre unos fabricantes y otros.

    También hay que diferenciar entre valor nominal y real de los lúmenes. En las cajas pone el valor nominal, pero dependiendo de la calidad del led, el valor real se acercará o alejará del valor nominal.

    Para tener una idea general, una bombilla de buena calidad con 6W puede dar unos 560 lúmenes reales, más o menos equivalente a una bombilla de 60W. Si no es de buena calidad, con los mismos watios de consumo, puede llegar a dar solo la mitad de luz.

    Evidentemente, esto influye en el precio, aunque la descripción que aparece en las cajas de ambas suele ser muy parecida.

  • La temperatura de la luz es el color de la luz, puede ser fría, neutra ó cálida, se mide en grados Kelvin (K) y va de 2.200ºK (la más cálida y amarillenta) a 6.500ºK (la más fría y blanca). La luz fría emite niveles de luz más altos que la luz cálida, de ahí la obsesión de que cuánto más blanca es la luz, más luz da (algo que no es cierto en todos los casos).

    El utilizar una temperatura u otra va más en gustos que en el tipo de estancia a iluminar. Personalmente, yo prefiero utilizar la misma temperatura en todo el proyecto y suelo moverme entre 2.700ºKy 4.000ºK dependiendo del tipo de proyecto, no es lo mismo iluminar una vivienda que una oficina o un parking.

    No hay una mejor que otra, pero lo que si es cierto es que cuánto más fría es la luz, más desapacible resulta la estancia.

  • La capacidad de reproducir los colores fielmente es uno de los aspectos más importantes de la luz.

    ¿Quién no ha tenido que salir alguna vez a la calle para ver el color real de una tela?

    ¿Quién no ha tenido alguna vez problemas para distinguir los colores oscuros dentro del armario?

    Y que me decís de esas cocinas y baños con un ambiente triste y deprimente que recuerdan a los bazares chinos.

    La incandescencia tenía una reproducción de color del 100%, no hacía falta tener ese dato en cuenta porque siempre era igual. La fluorescencia andaba por el 60-70%, ya sabíamos que la calidad de la luz era “peor”, pero siempre era igual de “peor”, por lo que tampoco era necesario fijarse mucho en ello.

    Con el led podemos tener importantes variaciones de un fabricante a otro, lo mínimo exigible es un 80%, sin embargo no todos llegan independientemente de lo que ponga en las cajas. Actualmente los led de más alta calidad llegan al 97%.

    A la hora de iluminar nuestras casas o negocios es muy importante utilizar luminarias con un alto índice de reproducción del color, es fundamental ver bien los colores de los muebles, la pintura de las paredes, los textiles, la comida o la ropa, para poder generar un ambiente agradable.

    Un ejemplo clarísimo de mala reproducción de color la tenemos en los bazares chinos donde generalmente parece que hay mucha luz, pero no se ve nada bien. Que sepáis que es algo intencionado, la iluminación de calidad deficiente genera en el cerebro el mensaje de barato, por eso no es casualidad que todos estén iluminados igual.

  • Para estudiar, trabajar con el ordenador, escribir, etc. es importante tener la iluminación adecuada. Si por mala iluminación se nos cansa la vista o se nos irritan los ojos, el rendimiento bajará y sentiremos un cansancio generalizado en poco tiempo.

    Hay que combinar iluminación general o ambiental con iluminación puntual en la mesa de estudio o trabajo. En ambos casos debe ser iluminación de calidad con alta reproducción de color y bajo índice de deslumbramiento.

    También se agradece que la iluminación sea regulable, no siempre es de día o de noche, tenemos diferentes necesidades de intensidad de luz al amanecer, al anochecer, un día nublado, dependiendo de la tarea a desarrollar, etc.

  • La luz conecta directamente con las emociones y dependiendo como sea la iluminación de un espacio nos genera una u otras.

    Una calle de noche mal iluminada nos genera miedo e inseguridad.

    En un restaurante con excesiva luz no nos apetece quedarnos, tanta luz no nos permite relajarnos y charlar tranquilamente.

    Un bazar chino o un supermercado con una luz blanca y fría lo asociamos con barato.

    Un espacio, ya sea una tienda o un restaurante o el lobby de un hotel o una vivienda, si está bien iluminado nos genera sensación de acogimiento, de calidad, nos apetece quedarnos.

    En una cocina mal iluminada no nos apetece estar y un baño con la luz muy blanca nos genera hasta frío.

    Haced la prueba de como os sentís de diferente en espacios iluminados de diferentes formas.

  • Tener una buena iluminación en un punto de venta, sea del tamaño que sea, es garantía de venta.

    Hay muchas diferencias entre unos espacios y otros, pero en todos los casos hay que combinar 2 tipos de iluminación, la ambiental y la focal.

    La ambiental puede ser directa o indirecta, es la que genera el ambiente y lo hace acogedor.

    La focal es la que se focaliza en lo que se quiere vender, ya sea ropa, coches, vino, etc. En estos casos la reproducción de color ha de ser altísima, no olvidemos que lo que hay que destacar es el producto a vender y todas sus características. Si un escaparate tiene mala iluminación, va a ser muy complicado que alguien entre a comprar y en el interior, si no se ven bien los colores o no se ven favorecidos en el probador, se complica la venta.

    Esto es tan importante que en sectores como el de la alimentación hay diferente iluminación si es para el pan, la carne o el pescado.

    En el caso del pan la luz es muy cálida para resaltar los colores dorados y que el pan parezca más apetecible, en el caso de la carne o los jamones, resaltan los rojos, y en el pescado resaltan los blancos azulados para que parezcan más frescos.

  • Lo perfecto es combinar la luz directa e indirecta en todos los espacios.

    La luz indirecta o ambiental es aquella donde no vemos la fuente de luz o solo vemos la luz reflejada. Puede estar escondida en un foseado, en un rodapié, en una vitrina, en una lámpara o aplique con pantalla, etc.

    En el caso de la luz directa, la fuente de luz está a la vista, generalmente es la que tenemos en el techo o en lámparas de lectura.

    Es importante no confundir luz indirecta o ambiental con escasez de luz, son dos cosas diferentes.

  • En las cocinas, como en el resto de estancias de la casa, tenemos que combinar diferentes capas de luz.

    Iluminación general en el techo, puede hacerse con downlights o iluminación lineal dependiendo de la forma y distribución de la cocina, pero siempre teniendo en cuenta que hay que hacer una buena distribución de los puntos de luz y que no la luz empleada tenga un mínimo de calidad. La temperatura de color puede estar entre 3.000-4.000ºK, no es adecuado ponerla más blanca porque genera ambientes poco apetecibles.

    Iluminación focal para las zonas de trabajo. El sitio más adecuado es bajo los muebles altos. Es importante que no sea muy fría y que tenga buena reproducción de color para ver bien los alimentos y que resulten apetecibles.

    Si hay una mesa o barra para desayunos o comidas/cenas informales, se agradece que tenga su propia iluminación, para comer habitualmente no es necesario tener encendida toda la cocina, es más, puede resultar hasta incómodo.

    Iluminación puntual o decorativa en algún punto como una vitrina o un aplique, bajo alguna encimera o en el zócalo. Es muy agradable tener puntos de luz muy tenues para que la cocina no se convierta en un agujero negro, sobre todo cuando están integradas o se ven desde el salón-comedor.

  • La iluminación de los cuartos de baños es un problema muy habitual no solo en las viviendas, si no también en los hoteles.

    Para que un baño esté bien iluminado, además de utilizar las luminarias adecuadas en potencia, temperatura y reproducción de color, es muy importante como estén distribuidos los puntos de luz.

    Iluminación general en el techo. Evitar que haya puntos que den luz encima de la cabeza cuando estás en el lavabo para evitar sombras en la cara, ponedlos delante o detrás.

    En la zona del lavabo, hay que poner la luz en la linea que cruza la mitad del lavabo paralelamente al espejo.

    Siempre queda bien tener algo de iluminación ambiental tanto por estética como por evitar quedarnos ciegos cuando nos levantamos al baño en mitad de la noche.

    Para maquillarse es fundamental tener luz frontal para evitar las sombras en la cara. La mejor es la lateral a los dos lados del espejo, no es necesario que tenga mucha potencia pero si buena calidad. Actualmente hay en el mercado muchos apliques de diferentes estilos que cumplen a la perfección su función.

  • La suma de iluminación y domótica está revolucionando los proyectos de arquitectura interior y exterior.

    Aunque de primeras puede sonar como algo sofisticado, la realidad es que hay sistemas de control muy sencillos y fáciles de utilizar par todos los espacios independientemente de su tamaño o su complejidad.

    La realidad es que la domótica se está imponiendo porque hace mucho más fácil la vida de las personas gracias a la multitud de posibilidades de personalización que ofrece.

    También es cierto que su uso es cada vez más sencillo y que a través de dispositivos en remoto como un smartphone podemos tener el control de toda la iluminación sin ningún problema.

    No siempre es necesario hacer grandes obras para implantar un sistema de control, en ocasiones, basta con cambiar algunos mecanismos para poder disfrutar de todas sus ventajas.